Partido Polish Boyfriend: El derbi entre dos equipos nacidos del mismo padre


Era el verano del año 2013. Y los habitantes de Craiova se vieron obligados a tomar partido. La vida es así. En ocasiones no tienes intención de alzar tu voz, aunque te ves obligado a ello. Ese verano, en una de las ciudades más orgullosas de Rumanía, el club de fútbol local quedó dividido en dos. Un fenómeno muy rumano, por cierto, pues le ha sucedido al Steaua, el Rapid o el Dinamo, eso de acabar dividido en dos. Allí donde existía un equipo ahora teníamos dos. Y los hinchas tenían que elegir. Los que eligieron al club llamado FC U.Craiova 1948 ahora se preguntan si acertaron, pues siguen un club con el presidente entre rejas. Y pese a ello, han llegado a Primera.

Craiova es una de las ciudades más grandes y bonitas de Rumanía. Situada en el corazón de la región de Valaquia, durante algunos años fue quizás la ciudad más importante de la región, por delante de Bucarest. Y como tal, fue saqueada, incendiada y reconstruida cuando por aquí pasaban ejércitos de medio mundo. Algunos príncipes locales, como Mircea I, convirtieron Craiova en la capital de entes autónomos de los turcos o los austríacos. Así que su gente tiene un fuerte carácter, herencia de ello. Muchos héroes de la independencia rumana eran de Craiova. Y la urbe no dejó de crecer en el siglo XX, apostando por industrias como el motor mientras arquitectos franceses le daban un toque elegante al centro de la ciudad.

Eran esos años en que los ricos de la ciudad mandaban a sus hijos a París o Berlín. Y muchos volvían con un balón de fútbol. En 1921, nacieron dos equipos de fútbol, el Craiovan y el Rovine Grivita, que se unieron en 1940, en tiempos de fascismo, cuando las autoridades apostaban por un modelo copiado del italiano, donde cada ciudad debía tener un solo club si fuese posible. Y el Craiova se convirtió en el mejor de Rumanía, consiguiendo ser campeón de la liga de esa época.

Con la llegada del comunismo, los equipos desaparecieron. Y nacieron nuevos, como ese creado por estudiantes de izquierda dentro de la Universidad en 1948. Un club polideportivo, como era normal en esa época. Fueron años complicados, pues a medida que las autoridades comunistas metían más la mano en el deporte, clubes como el Universitatea llegó a modificar su nombre hasta tres veces en 15 años mientras se convertía en el más poderoso de la ciudad, superando a uno vinculado al ministerio de la industria. Bajo el nombre de Stiinta, el club empezó a sumar adeptos siendo la gran fuerza deportiva de la ciudad. Así funcionaban las cosas entonces. En cada ciudad, los miembros del partidos tenían sus pugnas internas para mandar más. En Craiova mandaron los del Ministero de Educación, en parte porque así lo quiso Bucarest. Como allí mandaban los clubes del ejército (Steaua), servicios secretos (Dinamo) y los ferrocarriles (Rapid), era lógico que en otras ciudades importantes fuesen otros departamentos, los fuertes.

No sería hasta los años 60 cuando el club ascendió por fin a Primera. Justo cuando dejó de llamarse Stiinta para ser conocido oficialmente como Universitatea. En los años 70, el club ganaría su primera liga, llegando a Europa. En 1973 se quedaron a un paso de ganar otra liga, quedando segundos por diferencia de goles contra el Dinamo de Bucarest, club que tenía el apoyo de la policía secreta, la Stasi. El poeta Adrian Paunescu bautizaría el equipo de esa temporada como el “campeón del gran amor”, sobrenombre que ha quedado para definir al equipo aún hoy en día. Un club con más corazones ganados que títulos. En total, tiene 4 ligas, la última en 1991. Allí acabó una época dura para la sociedad rumana, aunque buena para el club en el césped, pues eliminaron a clubes como el Betis, el Olympiakos o el Mónaco en torneos internacionales, llegando a unas semifinales de la UEFA en 1983, cuando eliminaron a la Fiorentina, el Kaiserslautern y el Girondins.

En 1991, mientras el país vivía una revolución que ponía punto y final al comunismo, la Universitatea ganó el doblete. Y acto seguido, la entidad polideportiva fue disuelta, mientras la sección de fútbol se convertía en una entidad independiente que seguiría controlada por el Ministerio de educación hasta 1994, cuando pasó a manos de empresarios locales. Aunque ya nada fue lo mismo. El club ganaría una sola copa en 1993, perdiendo el rumbo y acabando bajando a segunda en 2005. Y lo peor, aún no había llegado.

En 2011, con las arcas vacías, el club fue expulsado del sistema profesional por la Federación, después de que no pudieran pagar el dinero que le debían al entrenador Victor Piturca. Después de un recurso, en mayo de 2012 llegó la defunción oficial del club. Y ese verano, se lanzaron dos iniciativas diferentes para garantizar que la historia de este gran amor no finalizaba. El ayuntamiento lideró un proyecto para que la ciudad pudiese recuperar pronto su club. Usando de base la Sociedad Polideportiva Universitatae, que había sido refundada años atrás como club donde la gente pagaba una cuota para usar sus pistas de tenis o sus piscinas, la CS Universitatea Craiova pudo empezar en 2013 ya en la Segunda División aprovechando una vacante. Además, luchó en los juzgados para ser considerado el heredero legítimo de la vieja Universitatea, esa desaparecida en 2012. Consiguieron el uso del escudo, los colores, ser considerados herederos y poder decir que los títulos conseguidos del 1948 al 1994 son los suyos. La justicia decretó que no podía decir lo mismo de los años en que el club pasó a ser privado. Los derechos de esos 20 años se los quedó el otro club fundado en esas fechas, el FC U. Craiova 1948. Detrás se encontraba un oscuro empresario, Adrian Mitilelu, que había formado parte de la directiva del club esos años en que todo se fue al garete. Fue él quien fundó un nuevo club en cuarta, afirmando que era el heredero de ese que él mismo había ayudado a hundir. Aunque en 2014 su proyecto se tomó una pausa, casi sin hinchas, para ser activado de nuevo en 2017, con un poco más de apoyos.

Ese 2014 en qué la U 1948 cesó su actividad, la CS Universitatea Craiova, que había reclutado a la mayor parte de los hinchas, ascendió a Primera. En 2015 ya acabaron en la quinta posición y en 2017, en la cuarta, jugando torneos europeos, siendo eliminados por el Milan. En 2018, la Universitatea ganó su primer título dentro de esta nueva era: la copa contra el Hermannstadt de segunda. Club del que hablamos en su momento. La Universitatea, por tanto, vive días buenos. Con el apoyo de casi toda la ciudad, en 2020 acabó en la segunda posición, muy cerca de ganar una liga que acabó en manos del CFR Cluj. ¿Y la U 1948? Pues con el dinero de Mitileleu empezó a subir categorías. Dos grupos radicales han decidido dar apoyo a este club, provocando algún incidente como cuando acudieron a un partido de la selección y abuchearon a un jugador de la Universitatea, Alenxadrou Mitrita. Finalmente, en 2021, la U 1948 ascendió a Primera. Así que ahora tenemos por primera vez un derbi de Craiova en Primera. Y llega con los dos equipos separados por pocos puntos, pues la Universitate no ha empezado del todo bien.

Domingo 3 de octbre, 20:00, U. Craiova 1948 – Universitatea Craiova

Un derbi que no podrá ver el presidente de la U 1948, pues Mititelu fue sentenciado a tres años de prisión por meterse en el bolsillo parte del dinero del traspaso de Mihai Costea al FCSB primero, y cinco años más en un caso de fraude fiscal. El club ahora lo preside su hijo, quien recibe todas las órdenes sobre cómo gestionar el club de su padre. En el otro palco, el hombre fuerte es Adrian Andrici, un empresario que estudió en la Universidad de Craiova y manda en la sombra, sin dar muchas entrevistas. Es más, ha puesto de presidente a toda una leyenda como Sorin Cartu, campeón de liga como jugador en los 70 y entrenador de éxito durante tres décadas. La Universitatea tiene la tradición y más hinchas. La U 1948, unos fieles revoltosos y un presidente entre rejas. Un derbi diferente.

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Foto de portada: Luceafarul lumii esti tu bajo licencia Creative Commons 4.0 International.