Dicen que es verano – MarcadorInt


Dicen que es verano. “Rara vez las cosas son para siempre, y cuando dices que te vas es que ya te has ido”, canta Carolina Durante. Dicen que es verano pero pasó Daamsgard, pasó Operación Camarón, pasaron los italianos con llamas en los ojos, pasaron el Tolili y el Besugo, pasaron los Juegos Olímpicos y pasó hasta el mercado de fichajes, tu Nochevieja. Pasó todo eso como pasó el triángulo de Ronaldo, Will Grig y el cabezazo de Zidane. La memoria no para de meterte goles. Te superan Roteiros y Jabulanis y tú haces la estatua. Todo siempre pasa y se queda como todo lo bueno: cerca y lejísimos, al alcance de la mano, pero cuando lo tocas se convierte en polvo. En pasado. En nada.

Dicen que es verano, pero hace frío. “Hay algo más fuerte que la muerte: el día siguiente”, canta La M.O.D.A. Sin Messi en el Barça hace frío. Sin Zidane en el Madrid hace frío. Todos los equipos deberían tener una camiseta negra para superar el luto. Por perder al mejor jugador, por perder a su entrenador, por perder la ilusión, por perder dinero, por perder al fichaje deseado, por perder las ganas de ganar. Ellos afrontan la temporada como tú el curso. Virgencita, virgencita, que me quede como estoy. Bastaría con no salir trasquilados. Pero no. El tiempo pasa y se lo acaba llevando todo.

Dicen que es verano, pero ha empezado la Liga. “La heladería no ha cerrado, aún aguanta el bronceado, diles que esto no ha terminado”, canta Airbag. Tú sabes que la Liga ha empezado y eso no hay baño ni atardecer ni mojito ni voley playa que lo supere. No se sabe si el verano termina cuando te empieza a interesar la Liga o como te empieza a interesar la Liga ha terminado el verano. La Liga es tu rutina. Pum, jornada uno. Pum, jornada dos. La Liga es el despertador a las siete. La Liga es volver a la quinoa, a pilates, a inglés. Y eso, por mucho que te pese, no es verano. Porque el verano no es una estación. Es un lugar, un recuerdo. Un día largo y una vida corta. Y eso se esfuma con la primera mano en posición antinatural.

Dicen que es verano, pero ya es septiembre. Septiembre es como los surferos: va de guay pero es mentira. Dice que es veraniego pero cada día se apaga antes. Es un traidor. Te obliga a ponerte guapo, a pensar proyectos nuevos, a mirarte al espejo y ver que el tiempo pasa, a comprobar que no has cumplido ni una sola promesa del septiembre anterior. Es un encantador, el flautista de Hamelín y un domador. Por él eres serpiente, rata o león. Ya habrá tiempo de volver a ser tú. Apúntate al gimnasio, aprende recetas, matricúlate en el máster online, deja la cerveza. Sube lo más alto que puedas, ya habrá tiempo de caer. Septiembre es rellenar una quiniela pero al revés: primero pensamos las ilusiones y luego vamos poniendo las cruces.

Imagen de portada: MarcadorInt